Karate (del japonés,
‘mano vacía’), arte marcial (sin armas)
de autodefensa en la que desde posiciones de equilibrio se
dirigen o enfocan puñetazos o patadas acompañadas
de respiraciones y gritos especiales. Más que un método
de combate el kárate hace hincapié en la autodisciplina,
la actitud positiva y los propósitos de elevada moral.
Se enseña profesionalmente a diferentes niveles y con
nombres asiáticos como una habilidad de autodefensa,
un deporte competitivo y como ejercicio de estilo libre.
Historia:
El kárate se desarrolló en Japón. Aunque
el nombre data de tiempos tan recientes como 1930, las técnicas
son muy antiguas y derivan del arte chino del boxeo shaolin
del siglo VI. Se desarrolló después en la isla
japonesa de Okinawa alrededor del año 1500, dando origen
al tang hand, que permitía a los isleños luchar
desarmados contra opresores japoneses armados. En la década
de 1920 el tang hand fue introducido en Japón por Funakoshi
Gichin quien utilizó la palabra kárate. El estilo
que practicaba fue conocido como shotokan, ahora uno de los
cinco estilos mayores del Japón; los otros son: wado-ryu,
gojo-ryu, shito-ryu y kyukushinkai. Cada uno pone diferente
énfasis en técnica, velocidad y potencia.
Instrucción
y ejecución: El lenguaje del kárate es principalmente
japonés: la sala de adiestramiento o gimnasio se llama
dojo y la vestimenta que se utiliza en todas las prácticas
se llama gi. Más de doscientos términos específicamente
japoneses son usados para los distintos movimientos y golpes
que se utilizan en secuencias de movimientos llamados kata.
Existen diversos grados de adiestramiento
formalmente reconocidos en kárate, representados por
el color del cinturón de tela que rodea al gi; los
colores usuales en orden ascendente son: blanco, verde, morado,
marrón y negro. Las cualificaciones para los cinturones
difieren de escuela a escuela, dependiendo del estilo y el
nivel que se enseñe. El cinturón negro o dan
es el máximo nivel en kárate y está también
cualificado en grados de pericia, siendo el décimo
el dan de mayor nivel.
El kárate es parecido al
judo y al jujitsu pero refuerza las técnicas de pegar
golpes letales y puñetazos, más que de luchar
o derribar a un oponente. Los tres elementos de velocidad,
fuerza y técnica son vitales para los expertos en kárate;
también son requisitos importantes la alerta constante,
un agudo sentido de la medida del tiempo y el factor sorpresa.
Se presta gran atención
a conocer los puntos más vulnerables del cuerpo humano
que pueden ser atacados por medio de las manos, codos, rodillas
o pies, que son la cara, el cuello, el plexo solar, la espina
dorsal, las ingles y los riñones. En competiciones
o exhibiciones ordinarias de kárate sólo se
permite como blanco el área del cuerpo por encima de
la cintura y todos los golpes deben ser amortiguados. Los
golpes más usados son: manos cortantes o ‘manos
cuchillo’, puñetazos con los nudillos, golpes
de aplastamiento, dedos punzantes, golpes de pie frontales,
laterales, envolventes, saltando y pateos. En la lucha actual
cualquiera de estos golpes puede ser fatal. La habilidad de
un maestro de kárate (sen sei) para partir una tabla
o un ladrillo con un golpe de sus manos desnudas es proverbial. |