El patín
fue inventado por el francés Jean Garcin en 1710. En
1867, unos industriales británicos crearon unos patines
de cuatro ruedas de madera y poco después James Leonard
Plinton patentó el invento en Nueva York, acoplándole
un taco de caucho en la parte delantera que permitía
frenar.
El hockey sobre patines nació en Chicago (Estados Unidos),
pero el documento más antiguo que hace referencia al
hockey como tal es un dibujo tallado en una tumba egipcia
del valle del Nilo. El británico Edward Crawford introdujo
este deporte en Europa a principios del siglo XX. Creó
el rink-hockey, que era una adaptación del hockey sobre
hielo a los suelos de madera europeos. Se hizo muy popular
en Inglaterra y en 1905 se fundó la Amateur Hockey
Association con lo que comenzaron a disputarse las primeras
competiciones. El hockey empezó a extenderse por el
resto de Europa, sobre todo en Suiza y Francia, pero hasta
1924 no se organizó internacionalmente.
Fue el suizo Fred Renkewitz quien creó
la Federación Internacional de Roller Skating (FIRS)
en Montreux (Suiza), reuniéndose los representantes
de los cuatro países fundadores: Suiza, Francia, Alemania
y Gran Bretaña. Más adelante se incorporaron
Bélgica, Italia, Portugal y España, que lo hizo
en 1946, aunque en Barcelona ya existía el hockey sobre
patines desde 1915, y en 1928 Cataluña ya contaba con
su propia federación regional.
La primera
Copa de Europa de clubes se disputó en 1926, y en 1936
se inició el Campeonato del Mundo. Antes de la II Guerra
Mundial, Inglaterra era la máxima potencia en este
deporte, seguida de Italia, Francia y Portugal, pero a partir
de 1947 el panorama varió, con el dominio de Portugal,
España e Italia en las competiciones internacionales.
En el continente americano, fue Argentina el equipo más
potente, destacando jugadores como Daniel Martinazzo.
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